Como no
sé sus nombres les llamaré “Pablo” y “Ricardo”, donde Pablo es el chibolo (el
de la voz delgada) y más o menos el protagonista de esta crónica. Más o menos
porque, aunque es el que menos habla de los dos, el tema de la conversación gira
en torno a él; y es que Pablo ha embarazado a su enamorada.
El papá
de ella no lo sabe todavía pero pronto lo hará. Mientras tanto, Pablo trata de
decidir qué cosas le va a decir cuando llegue el momento de hablar con él.
-Lo
primero que de hecho te va a preguntar… - le dice Ricardo, quien es seguramente
su amigo, y quien habla y suena como alguien mayor; como un adulto -… es cuáles
son tus planes con respecto a su hija y al bebé.
-Yo
quiero seguir con ella y hacerme cargo de mi hijo… o hija- dice Pablo.
-¿Seguir
con mi hija?, ¿hacerte cargo de mi nieto?- dice Ricardo haciéndose pasar momentáneamente
por el padre- pues entonces vas a tener
que demostrarme que vales la pena: ¡vas a tener que estudiar y trabajar!
-¿Estudiar?
Estoy dispuesto a dejar la universidad y buscar un trabajo de tiempo completo.
-No pues,
eso es una tontería. Uno: porque arruinarías tu futuro. Dos: porque para su
papá lo más importante es que estudies a que trabajes.
-¿Por
qué?
-Porque no
va a dejar que su hija esté con un huevón cualquiera, pues. De seguro quiere tener
como yerno a un profesional o a alguien que tenga la ambición de serlo. Lo del
trabajo es sólo para ver que estás dispuesto a hacer sacrificios y esfuerzos
para mantener a su hija y a su nieto; por más que no aportes mucho por ahora: tú
me has dicho que a su familia le sobra la plata así que de hecho, por parte ellos,
a ella y al bebé no les va a faltar nada. Pero igual su papá va a querer ver
que al menos intentas ser un padre de familia que lleva dinero a su hogar.
Después de todo embarazaste a su hija: tu vida no puede seguir siendo la de un
chico de 18 años cualquiera, no te la vas a “llevar” fácil.
-Pero tampoco
quiero depender de sus viejos. Si pudiera me la llevaría ahora mismo a vivir
solos los dos; bueno los tres cuando nazca el bebé.
-Pero no
puedes. Además ella es menor de edad.
-En dos
meses cumple 18.
-¿Y? La
única diferencia con respecto ahora es que los dos van a tener DNI. Igual no
van a tener la plata para vivir solos o independientes.
-Por eso
estaba pensando en dejar la universidad: mejor hacerlo ahora que estoy en
primer ciclo; no hay mucha pérdida. Entonces me consigo un trabajo y empiezo a
ahorrar, luego, a la vez, me pongo a estudiar alguna cerrara técnica, algo que
dure tres años a lo mucho, saco mi diploma rápido, consigo un mejor trabajo,
hago más plata…
-Eres un
iluso. No sabes lo que hablas.
-Es que
quiero empezar a ganar dinero ya.
-Estás pensando
a corto plazo, y eso está mal: tienes que hacerlo a futuro. Estudiar una carrera
universitaria puede ser lento pero a la larga es lo mejor.
-Estudiar
en la universidad tampoco me asegura que tendré un buen trabajo.
-Es
cierto pero te da más posibilidades.
-Y hay
carreras cortas que actualmente dan plata rápido.
-¿Ah sí? ¿Como
cuáles?- dice Ricardo, incrédulo e irónico.
-Mmm no
recuerdo bien sus nombres; son medio complicados. Es que no son las carreras
típicas.
-No pues… Lo que pasa es que hay institutos
que se inventan carreras: les ponen nombres estrafalarios y las ofrecen
diciendo que hay mucha demanda por ellas pero pocos profesionales. Y como son
actividades específicas dentro de otros rubros (como alguna ingeniería, por
ejemplo) te dicen que no tienes que estudiar ni cinco ni tres años, que basta
con un año para que aprendas a hacer eso específico y ya puedas conseguir
trabajo. Un pata mío cayó en ese cuento, y sabes de qué se tituló: de “Especialista
en reparación y mantenimiento de smartphones, celulares y otros dispositivos
móviles”. Te juro que eso es lo que decía su diploma. El mismo me lo mostró y
ahora no le sirve ni para limpiarse el culo.
-Claro,
tampoco soy tan huevón: obvio hay sitios que te quieren estafar. Pero por ejemplo
el hermano de un pata: estudió en un instituto y ahora es técnico contable, y no
le está yendo mal.
-¿Cuánto
gana?
-No sé
exactamente. Creo que 2000 soles o más.
-Te
aseguro que no gana más de 2000 soles, y eso, con suerte. Te aseguro también
que no está en planilla y que no recibe gratificaciones… O sea, si es un pata
soltero que no tiene que mantener a nadie, bacán, es buena plata. ¿Pero crees
que con 2000 soles vas a poder mantener a una familia: tener mujer, hijo, y dónde
vivir?
-Mmm…
-¿Sabes
cuál es la diferencia entre un técnico contable y un contador de verdad? ¿Entre
alguien que estudio contabilidad en un instituto y otro que fue a la
universidad? ¡El sueldo, por supuesto! Claro, un técnico contable tal vez pueda
hacer la misma chamba, igual o mejor, que un contador, pero toda esa chamba no
vale nada si finalmente el contador no pone su firma o su sello, y por sólo
hacer eso el contador gana dos o tres veces más.
-Pero ella
trabajará también más adelante- dice Pablo refiriéndose a su enamorada.
-Claro: cuando
termine la universidad o esté por terminarla, o sea de acá a unos 5 años, mínimo.
¿O quieres que abandone sus planes de ingresar a la universidad para estudiar
en un instituto también?
-No, para
nada, no quiero que sus planes se vean afectados.
-Es tarde
para eso: va a ser mamá en 9 meses.
-Bueno,
que eso le afecte lo menos posible.
-Además
hay otra cosa: ¿qué te asegura que tú y ella van a permanecer juntos? Obvio,
está el hijo que, lo quieran o no, va a relacionarlos
para siempre el uno con el otro; pero como pareja, sentimentalmente, ¿cómo
sabes que eso va a durar?
-Puta, me
cagas, no había pensado en eso. Pero es que ella y yo nos…
-¿Se
quieren, se aman? ¿Y? Eso es ahora. Recuerda que siempre te ha preocupado que
las diferencias económicas entre tú y ella los separen. Ahora ponte a pensar en esto:
ella va a ingresar a una universidad cara, exclusiva, donde va a conocer gente
de su mismo estatus económico, a hacer amigos, a andar con ellos… Ella puede
ser ahora todo lo sencilla que quieras, pero la universidad siempre te cambia,
ya sea mucho o poco, para bien o para mal. Y no digo que ella se vaya a
convertir en una chica superficial, pero te aseguro que van a haber momentos en
los que chicos le ofrecerán cosas que tú no podrás; cosas
que la harán dudar de con quien le conviene estar. Y no hablo necesariamente de
regalitos caros, sino de estabilidad, porque nos guste o no, la plata te da
estabilidad, y eso, para una mamá joven, cuenta.
Se
quedan en silencio unos minutos hasta que Ricardo le avisa a Pablo que ya llegaron a su destino, que resulta ser el mío también (como el de otros
pasajeros del bus). Antes de bajar, por la puerta de atrás, los puedo ver al fin
(han estado sentados detrás de mí todo el trayecto), pero sus apariencias
poco importan. Se marchan por un lado, y yo por otro.
***