martes, 18 de septiembre de 2012

Con otros ojos

Habían cumplido 13, 14, 15 años, así que era lógico que aquel verano los chiquillos y chiquillas del barrio empezaran a verse con otros ojos. Ellas eran cuatro amigas vecinas de una misma cuadra; ellos, incontables, no eran un grupo así de compacto: estaban los de la calle Larco Herrera, los de Valdizán, los de Unanue y, a partir de esa estación, otros provenientes de calles un poco más alejadas.
Jenny, la más bajita de las chicas, era la más bonita y por ello la preferida de los muchachos. Pero ella nunca se lo tomó en serio; en cambio, aprovechaba esa preferencia para hacer sufrir de vez en cuando a algún pretendiente y de paso hacer reír a sus amigas. Las entretuvo igual cuando empezó a ceder a las pretensiones de Piero contándoles todos los pormenores de lo que finalmente sería su primer enamoramiento, el que duraría hasta el final de esas vacaciones.
Como si nada hubiera pasado entre ellos dos, se olvidarían el uno del otro en el transcurso del año escolar; Piero, quien no era del barrio, ni siquiera volvería a asomarse por ahí. Ella tampoco lo haría, al igual que el resto de chicas y chicas ocupados todos con deberes escolares.
Hasta que de nuevo llegó el verano y las vacaciones, y las calles del barrio volvieron a la vida. Piero también regresó y el día que lo hizo fue directamente donde Jenny. Al comienzo ella no supo cómo actuar pero la familiaridad con que él la trató la hizo recuperar rápidamente la misma confianza de hacía un año. Se sintió halagada porque era evidente que Piero no quería separarse de ella y que poco a poco la iba apartando del resto. Con cierta vanidad, segura de las intenciones de Piero, Jenny se preguntaba si debía o no ponérsela fácil. Decidió que sí: lo encontraba más simpático que el verano pasado y creyendo que ahora eran los dos más “maduros” para una “relación” más seria (consideraba que la del año anterior había sido sólo un juego) pensó que sería una buena idea asegurarse de una vez un enamorado para todo el verano, o al menos hasta el 14 de febrero.
-¿Te puedo preguntar algo, Jenny?- dijo él cuando al fin estuvieron solos.
-Claro, Piero, dime- dijo ella mirando a su alrededor, juzgando si ese era un buen sitio para besarse.
-Melisa… ¿tiene enamorado?
-¿Melisa?- dijo Jenny sorprendida, y pensó “¿pero qué tiene que ver Melisa con nosotros?”. Entonces notó que la mirada de Piero se desviaba hacia algún sitio. Ese sitio era la esquina donde Melisa y las otras chicas conversaban.
-Vaya… Sí que ha cambiado Melisa en todo este tiempo- dijo él.
Jenny vio a su amiga, pero más que verla, esta vez la observó con real atención y de pies a cabeza. Viéndola sin el uniforme escolar y con ropas de verano se dio cuenta de su desarrollo: Melisa, la (relativamente) menos agraciada del cuarteto de chicas no sólo se había convertido en la más alta sino también en la más voluptuosa.
Jenny sintió una mezcla de vergüenza y enojo.
-Me tengo que ir- le dijo a Piero y empezó a andar rápido hacia su casa, aguantando lo más que podía sus ganas de correr. Sus amigas al verla la siguieron pero Jenny las apartó diciéndoles que se sentía un poco mal pero que no era algo serio y que no se preocuparan por ella, y ellas le hicieron caso. Cuando llegó a su casa fue directamente a su cuarto a verse en el espejo. Frente a él comprobó que su cuerpo seguía siendo el de una niña.
*

No había crecido, su pecho seguía plano y sus caderas aún no cobraban forma, y todo esto se notaba más al compararla con las otras chicas. Su rostro, su principal atractivo físico, ya no les importaba más a los chicos, ahora sólo tenían ojos para las curvas de sus amigas, en especial para los senos de Melisa.
Melisa… Los chicos la habían convertido en su nueva reina: no dejaban de mencionarla o preguntar por ella. La destronada no lo soportó. En secreto con las otras chicas, Jenny las convenció de que Melisa se había vuelto una creída, que los humos, o mejor dicho las tetas, se le habían subido a la cabeza.
Eso no era cierto. Melisa se tomó con calma, hasta con cierto recelo, el interés repentino que tenían los chicos en ella. O al menos así fue al comienzo: si con el paso del tiempo empezó a juntarse más con ellos fue por la frialdad creciente que sentía de parte de sus amigas. Al confrontarlas supo que Jenny era la culpable, y eso, viniendo de con quien se suponía eran mejores amigas, le dolió y mucho. Tanto que ese dolor rápidamente se convirtió en deseo de revancha, y sabía dónde “golpear” a Jenny. Así fue como empezó a tratar a Piero con especial cariño cuando Jenny estaba cerca, y por la cara de la más pequeña de las chicas era obvio que Melisa estaba teniendo éxito con su plan de provocarle celos. De  provocarle celos  y nada más, porque ni Piero ni ningún otro chico le gustaba.
Una tarde estaban todos en el parque, en la zona de los columpios. Los tres que había estaban ocupados sólo por chicas, con Melisa y Jenny a los extremos. Los chicos como de costumbre estaban alrededor atentos, con las esperanza de poder ver debajo de sus faldas. Ellas parecían estar columpiándose normalmente pero pronto fue evidente que, sin habérselo propuesto, Melisa y Jenny competían por quien ascendía más. Jenny, especialmente frustrada, estaba decidida a que al menos en eso Melisa no le iba a ganar, y rápidamente la fue superando. Melisa desistió. Las alturas que alcanzaba Jenny empezaban a ser cada vez más peligrosas.
-Jenny, ya está bien, ya es suficiente- exclamó Melisa, palabras que a Jenny, junto con el aliento de los chicos, la alentaban a ir llegar alto.
Entonces Jenny perdió el balance: su cuerpo se desplazó del asiento y, apenas sujetada de unas de las cadenas del columpió, el movimiento de vuelta la llevó directamente hacia el suelo en un viaje sin retorno. Su cuerpo barrió la tierra.
Jenny escuchó risas. Tenía los ojos bien cerrados y no los abrió hasta estar segura de no estar sintiendo algún dolor extremo síntoma de una lesión grave. Lo primero que vio fue el rostro preocupado de Melisa.
- Jenny… Jenny…
-Estoy bien…- respondió aturdida y Melisa la ayudó a ponerse de pie, y haciendo que se apoye en ella, la acompañó a su casa,  con las otras chicas yendo detrás. Los chicos no sabiendo qué hacer se quedaron en sus sitios riendo nerviosamente.
*

Melisa estaba en su sala sentada en un sillón cerca al teléfono, inquieta. Más temprano esa mañana había ido a visitar a Jenny. La mamá de su amiga le dijo que aún estaba dormida pero que le llamaría apenas estuviera despierta, y le informó que sólo había sufrido raspones. Entonces sonó el teléfono, Melisa respondió y unos minutos después estaba frente a la puerta de la habitación de su amiga. Antes de tocar dudó unos segundos sobre qué iba a decir primero.
-Sé que estás ahí. Entra. La puerta está abierta- escuchó de pronto desde el otro lado.
Melisa abrió la puerta y se quedó ahí. Se conmovió al ver a su amiga con un par de curitas en el rostro y en los brazos, y con una sonrisa amistosa que hacía tiempo no le veía.
-Creo que tenemos que hablar- dijo Jenny.
Melisa, más tranquila, asintió y entró dejando detrás de ella la puerta cerrada.


***

24 comentarios:

  1. Es un final que promete reconciliación. Ya empezamos con una serie de cuentos a "medio escribir"? Me gustan así, dan cabida al suspenso y a la imaginación :)

    PD: Es una crónica o un cuento? Lo has etiquetado como crónica, quiere decir que es algo que te han contado o vivido de cerca?

    Un beso, Ludo

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    1. es una cronica, todo eso paso, aunq en algunas partes le di mi propia interpretacion ;)
      un beso, paty

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  2. Qué hermoso final!!!!!!!!! En serio no tienes idea cómo pueden atrapar tus historias! Tanto así que me imagino un libro entero! Qué esperas?????

    Esto le pasó a alguien que conoces? O mmmm eres Piero!!!! Puede que sí y te cambiaste el nombre! Tengo curiosidad!

    Un beso!!!
    Muy buen post, como siempre!

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    1. yo no soy piero, ese pata existe y era un atorrante. yo era uno de los chicos de larco herrera (de la calle, no el manicomio jaja).
      un beso, marite
      p.d: sobre mi libro pues, como diria el negro mama: algun dia, algun dia...

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  3. Caraxo!! Con lo que me jode la existencia cuando al ver el señor de los anillos el horrible continuara y tu me haces lo mismo! Ok, veo discurrir una muy buena narración! Y me asaltan muchas interrogantes, La de las tetas es buena amiga? Le cedera el camino a Jenny hacia el corazón del objeto de su afecto?, Es que Melisa ve ahora a jeny con “otros ojos”, se insinua una relación entre ellas y el pretendiente tendrá que conformarse con manuela? Jajajaja Te ha quedado bacan! Me ha gustado muchísimo!!! Cuanto tendre que esperar para la siguiente?? O peor aun! Habrá siguiente????

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    1. todos fuimos amigos alguna vez hace siglos. tranquilo porque NO hay "continuara" jaja, ahi queda. otras historias de esa epoca vendran luego.
      saludos, gary :)

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  4. Secundo a Paty. Cuando leí todo el escrito pensé que era un cuento, pero lo has etiquetado como crónica... da igual, su calidad no cambiará por ese detalle, aunque sí el morbo de los lectores jaja. Muy bonita historia y el final al ser abierto le da un toque especial.

    Sigue así :)

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    1. gracias edch. no se cuando pero de hecho en algun momento todos esos personajes (reales por cierto) regresaran por aqui.
      saludos :)

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  5. Me encanto la historia y el final me gusta que sea para entenderlo.
    salu2.

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  6. Valoro la corriente de realismo urbano que encierra el relato.

    Saludos.

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  7. Wow muy bonita tu historia, soy un fan más ^^ con un final muy tierno y prometedor. Estas relaciones de adolescentes son muy lindas, lo digo porque podrán haber celos, peleas, amistades, riñas, etc. pero el hecho de que sean jóvenes y aún desconozcan tanto del mundo les guarda esa inocencia que los puede desplomar de un momento a otro, son susceptibles, adolescentes.

    Muy lindo Ludobit, un abrazo!

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    1. gracias, munani. ojala pronto tenga tiempo y concentracion de nuevo para volver a escribir jeje.
      saludos

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  8. Eso te sucedió, querido Ludobit, porque accediste a Amazon. es: Europa. Deberías de haber accedido a Amazon.com: Estados Unidos y América. Allí lo habrías podido bajar sin problemas. Se lo dije a tanta gente que no alcancé a todos: Lástima. LO siento.

    UN abrazo.

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  9. Creo que leí uno tuyo donde se cae una tipa y le ven los calzones.
    Ua pregunta. Escribir de niños? Lo qué sí que sí me la creí. Besos.

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    1. sí, buena memoria bellarte. la pregunta no la entendi jeje.
      gusto tenerte de vuelta. un beso

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  10. Hace tiempo que no entraba por aquí.
    Me hiciste acordar mucho cuando era chiquilla, casi casi me identifique con Melissa.

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    1. o sea tus amigas te odiaron por ser la q se desarrollo mas rapido... q mal, por q tanta envidia :D
      gracias por pasar de nuevo por aqui, cafeinomana

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