Sebastián no estaba seguro si era la cuarta o la quinta vez que faltaba a sus clases de inglés. Le era complicado llevar la cuenta porque en esos días hacía lo mismo, que no era mucho porque no se podía hacer mucho entre las 7 y las 8:30am: bajaba del bus al frente del cine Pacífico, en Pardo*, caminaba hasta la municipalidad de Miraflores, cruzaba Larco*, compraba el Trome en el kiosco de esa esquina, y caminaba por la avenida hasta llegar a Larcomar, donde se sentaba en alguna banca y se ponía a leer el periódico. Así que, no siendo su sexta falta en el mes, podía repetir la misma rutina esa mañana sin tener que preocuparse de que el Británico lo reprobara. Además, era viernes.
El sol no quemaba a esas horas y la brisa del mar era fresca. Otra vez el buen ambiente y tranquilidad del parque lo invitaban a reflexionar seriamente sobre su vida a sus 23 años de edad, pero otra vez también se negaba a hacerlo abriendo el periódico en la sección de chismes del espectáculo: “CONMIGO PERDIÓ LA VIRGINIDAD”, clamaba una vedette refiriéndose a una joven promesa del futbol nacional. Era el titular principal de la sección que Sebastián leía siempre sonriente por la extravagancia de los personajes y de los hechos, y por el lenguaje coloquial de la redacción, sin importarle la veracidad o falsedad de las noticias. Aunque más pícaro en esas páginas, ese lenguaje no era exclusivo de la sección de farándula, sino una constante en todo el diario.
Luego era el turno de los deportes y después de los deportes volvía a la primera página. Desde ahí, y en orden, empezaba a leer el resto. Siempre dilatando el tiempo, exagerando las pausas en las comas, puntos, y puntos y comas, no dejaba nada de lado; hasta los anuncios publicitarios los leía con detenimiento, especialmente los que se agrupaban bajo el título de “SERVICIOS PERSONALES”. Estos anuncios publicitaban más o menos lo mismo: nombre de la chica, tarifa, teléfonos, distrito, avenida y cuadra de referencia, pero casi nunca la dirección exacta; unos venían con fotografías, supuestamente reales, y otros no. “A ver, qué hay en el menú para hoy”, decía Sebastián sarcásticamente, como si tuviera todo el dinero del mundo. Y ese viernes el “menú” era (fijándose sólo en nombre, tarifa y distrito): Shirley, 25 soles por media hora, Lince; Señora Susy, 20 soles por media hora, Los Olivos; Lizy, 60 soles por una hora, San Borja… y así los iba leyendo, dándoles visto bueno o malo dependiendo de la lejanía de los distritos. Hasta que vio uno que decía Keyra y que venía con foto; la de la mismísima Keyra Agustina, diosa amateur del internet por entonces. “Si fueras la verdadera Keyra no cobrarías 30 soles”, pensó Sebastián.
Entonces, previa resolución del crucigrama, llegaba a la penúltima página. En ésta estaban la sopa de letras, que resolvía también, y el horóscopo, que leía con ánimo de burla. “Bah”, exclamó Sebastián y se preguntó “¿quién escribirá estas huevadas?”, cuando leyó su signo: “Escorpio: no cierres tu corazón y hoy encontrarás el amor”.
Vuelta de página y cubriendo casi la totalidad de la última: “Las malcriadas”; la fotografía de alguna vedette vestida con menos que poca ropa y en posición sugerente. Sin vergüenza, Sebastián se tomaba más que un par de minutos para analizar a “la malcriada” del día, y lo hacía con su ojo crítico de experimentado onanista.
Eran las 8:15am, y Sebastián, complacido y sin prisa, emprendió el camino hacia el paradero del bus que lo llevaría de regreso a su casa.
***
Vi, satisfecho, que mi reloj marcaba las ocho y cuarto de la mañana. Los quince minutos que faltaban para las ocho y media los podía hacer, fácilmente, caminando despacio hacía el paradero del bus, y llegar así a la hora adecuada a mi casa, en Magdalena, sin que nadie sospechara que otra vez había faltado a mis clases de inglés. El Británico, donde estudiaba con la esperanza de algún día hablar con el acento de James Bond, te daba la oportunidad de faltar hasta cinco veces en el mes; pero una más y te anulaban el ciclo (que duraba un mes, precisamente). Ese mes me había matriculado en el local de Miraflores, y no estaba seguro si ese día era mi cuarta o quinta falta, pero la sexta definitivamente no. Así que, luego de otra agradable mañana de verano leyendo un periódico, cómodamente sentado en una banca del parque de Larcomar, me paré dispuesto a dar inicio mi regreso a casa.
Giré hacia donde provenían esos ruidos y vi, a varios metros, a dos personas agitando sus manos. Sólo cuando se acercaron pude reconocer quiénes eran: José y Regina, dos compañeros de ese ciclo en el Británico, de veintitantos años como yo.
-¡Ajá¡ Tirándote la pera- dijeron casi al unisono.
-Ya somos tres- respondí desagradablemente sorprendido.
-¿Ya te vas? Aún no son las ocho y media- dijo Regina, y ambos se sentaron en la banca, dejando un espacio. José, con un gesto, me invitó a sentarme, y lo hice.
Empezaron a contarme de que ellos no estaban tirándose la pera precisamente, si no que su situación era más complicada. Yo no sabía si eran enamorados o si había algo entre ellos dos, sólo recordaba haberlos visto siempre juntos en clases y que se conocían de ciclos anteriores. Sentados ahí, frente a mí, tampoco vi abrazos ni manos tomadas ni besos. Me caían mal, y en clases traté siempre de apartarme de ellos respondiendo a sus intentos de socializar conmigo con ironías e indirectas, pero pronto comprendí que era pésimo haciendo ironías e indirectas, porque a ellos les causaban mucha gracia, y así termine cayéndoles muy bien.
Poco a poco sus sonrisas iniciales fueron desapareciendo mientras sus semblantes se mostraban cada vez más serios. No les estaba prestando atención pero era obvio que lo que me estaban contando los preocupaba y mucho. Sólo puedo decir que venían de un hotel y que no querían regresar a sus casas. ¿Habían escapado o los habían expulsado de sus hogares? Por ahí iba su historia, la que a mí no me importaba.
-Tienes algo de dinero que nos puedas prestar… es para alquilar un cuarto hoy- me preguntó José – Un sol al menos, no importa.
-Pucha, sólo tengo para el bus- mentí, y les di el periódico que había comprado.
Vi que eran más de las ocho y media y me despedí preguntándoles si es que los vería en clases al día siguiente. Me miraron confundidos y recordé que el día siguiente era sábado. Me fui sospechando que el lunes nos encontraríamos nuevamente en clases.
Ese fin de semana de alguna forma u otra se había resuelto su problema, porque el lunes los vi de nuevo en el aula, felices, sentados uno al lado del otro como siempre. A la salida se acercaron a darme explicaciones, y mientras lo hacían, en mi mente trataba de sacar la cuenta si es que el viernes había sido mi cuarta o quinta falta.
NOTAS:
Pardo: Av Pardo
Larco: Av Larco
Interesante el relato como siempre. Yo también soy escorpio O__O! Tal vez hoy encuentre el amor xDDD! Que mal contando las faltas para que no lo boten e__e, y que raro que no se haya sentido conmovido por la historia de aquellos dos chicos, yo si les hubiera prestado dinero D:, saludos y buena historia.
ResponderEliminar"ojo critico de EXPERIMENTADO ONANISTA" jajajajajajajaa.
ResponderEliminarEsa frase se me va a quedar por un rato. Aun tengo una sonrisa. Bueno. Pues un relato un poco indiferente y un día "normal", me gusto la poca atención a lo que no le interesaba ni le afectaba o favorecía. Un hombre seco de verdad este sujeto. Un diez como siempre. Un beso desde el fin del mundo.
hola victor. supongo q estaras atento al horoscopo entonces, jeje. gracias por comentar. saludos
ResponderEliminarhola bellarte. que bueno que te hayas reido tanto jaja. un abrazo hasta el fin del mundo :)
ResponderEliminarHola Ludobit!! Un relato mu bien llevado. Un hombre realmente indiferente, yo le hubiera preguntado que pasaba. Pero los hombres no son tan curiosos. Me gustó mucho.
ResponderEliminarBesossssss
XD Me haces recordar mi hábito de años de comprar el diario OJO ., solia leérmelo todo., incluso el caso del "corazón"..unicamente para matarme de risa..y terminar con mi crucigrama,porque los crucigramas de OJO eran más papayitas :P.
ResponderEliminarBuena historia, como siempre ;)
Un abrazo.
hola gabriela. opino igual que tu ;)
ResponderEliminargracias por comentar. besos
hola mimy. es curioso que menciones lo de la doctora corazon porque habia escrito unas lineas al respecto pero que al final eliminé. gracias por tu comentario. un abrazo :)
ResponderEliminarMe gustó esta entrada muy urbana y llena de cotidianidad, me gusta tu forma de narar un día a la vez, y puedo ver que cada día tu narrativa crece y crece y me encanta que eso pase porque aprecio tu voz escrita.
ResponderEliminarEsta historia me gusta mucho, me recordó a Paul Auster, y es estupenda tu entrada :)
Soy nuevo acá. Y este Blog me ha gustado muchísimo.
ResponderEliminarLudovit, esta entrada me parece muy interesante, sobre todo teniendo en cuenta como vas narrando los hechos, esa especie de indeterminación que recorre al personaje y al narrador (que intercambian sus sillas sin problema alguno), además que me sentí muy identificado con la manera de leer la sección espectaculos y buscar el signo en el hooróscopo, sabiendo que son puras huevadas. Bueno, me encantó y te sigo. Abrazo desde Argentina.
hola mixha. gracias por siempre tomarte el tiempo en pasar por aca y comentar. lo aprecio realmente. un fuerte abrazo :)
ResponderEliminarhola juan. un fuerte y fraterno abrazo desde peru. gracias por tus palabras
ResponderEliminarBuen relato, es un poco cierto eso del horoscopo y que mal lo de la chica
ResponderEliminarQué éxito hermano, “Si fueras la verdadera Keyra no cobrarías 30 soles”, jeje qué bueno es encontrar blogs como el tuyo para olvidar un rato las penas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Ludobit(con foto) interesante eh!
Ludobit Interesante este relato feliz fin de semana Saludos desde
ResponderEliminarAbstracción textos y Reflexión.
Mira que los hechos en sí no tendrán nada de extraordinario, pero tu prosa sin duda nutre la historia. Lo máximo. Sabes que eres uno de los que me inspiras a crear cuentos, verdad? Bueno, para que conste lo bueno que eres =D
ResponderEliminarhola maxwell. a veces los horoscopos pronostican cosas tan buenas q dan ganas de creerles. un abrazo
ResponderEliminarhola aldo. hay que tener cuidado con esos anuncios, a veces te dan gato por liebre jeje. un abrazo y animos!
ResponderEliminarhola jose ramon. gracias por el comentario y por el buen deseo. te deseo lo mismo. saludos
ResponderEliminarhola paty. tus palabras me sonrojan jeje. muchas gracias. besos
ResponderEliminarHola Ludobit, que buenas historias tienes publicadas en tu blog.
ResponderEliminarHas abordado y relatado con mucha espontaneidad un día cotidiano en la vida diaria de cualquier joven limeño.
Intersante espacio!
Saludos y un cálido abrazo,
Diana
hola diana. gracias por la visita y tu comentario. un abrazo de este joven limeño jeje
ResponderEliminarHola Ludobit..Lo primero gracias por comentar, y que ya estoy de vuelta de las vacaciones,que pena,que cortitas son siempre....Besos y abrazos amigo
ResponderEliminarhola carmen. aunque cortitas espero la hayas pasado bien. un abrazo
ResponderEliminarJajaja Si fuera tan fácil como abrir el periódico tendría una lista completa de los futuros ex novios jajaja :D buenaa! :D
ResponderEliminarhola mix. y yo de ex novias jaja. un abrazo
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