domingo, 18 de diciembre de 2011

Palabras que empiezan con “B”

De pronto su pajarito estaba más grande y duro, y su cabecita sobresalía como nunca antes de su capucha. Diego lo observaba y creía que su pajarito lo estaba viendo a él también con su único ojo. Lo que ocurría en su entrepierna era un suceso sin precedentes, y, sospechando quien era la responsable, Diego regresó su mirada hacia la mujer desnuda y de espaldas que se está contemplando en un espejo sostenido por un ángel. Era una imagen de la “Venus del espejo”, del pintor más destacado del Siglo de Oro español: Velásquez, que estaba en una de las pocas páginas a color de ese Pequeño Larousse Ilustrado, un tomo rojo de casi 1000 hojas.  
Diego tenía 4 años y estaba en la biblioteca de su casa, que más que biblioteca era un pequeño cuarto que servía de depósito de libros, cuadernos y papeles; el lugar en el que podía encontrar siempre hojas en blanco que pintarrajear. Precisamente había estado buscando algunas cuando se topó con el aquel libro grueso y pesado que normalmente estaba en la fila más alta e inalcanzable de la estantería de libros. Lo hojeó y a punto estuvo de cerrarlo y devolverlo a su sitio; aún no sabía leer y tantas hojas en blanco y negro lo aburrían, pero descubrió que las había también a colores, aunque eran poquísimas en comparación con el resto. Se propuso encontrar todas y cada una de esas escurridizas hojas; en orden, desde el comienzo del libro, pero su búsqueda se detendría al encontrar la segunda, que estaba en medio de las palabras que empiezan con “B”. Ninguno de los “dibujitos” de la primera cara de esa hoja le impresionó; “dibujitos” que en sí eran imágenes de pinturas del siglo XVII. Sólo la última llamó un poco su atención, donde aparecía una mujer desnuda a la que se le podían ver lo senos pero que pasaba algo desapercibida por los árboles y personas que la rodeaban ("Venus y Eneas", de Poussin). Volteó la página y apenas debajo del título “PINTURA CLÁSICA ESPAÑOLA” estaba otra Venus, la de Velásquez esta vez. Fue un descubrimiento casi mágico. Sus ojos recorrieron sin premura y con inconsciente deleite cada porción de esa piel desnuda, hasta que quedaron fijos en la zona más redonda y prominente de ese cuerpo de mujer: el culo de la diosa; no sabía que una tendencia en él se estaba marcando en ese momento, un comportamiento que sería más obvio a partir de su adolescencia, el de preferir verle las nalgas a la chicas antes que las tetas, y por el que en la universidad se ganaría el apodo de “ASSMAN”.
Fue ahí que sintió que algo pasaba con su pajarito. Estiró hacia adelante el borde de su buzo pantalón y de su calzoncillo de "Winnie the Pooh", y descubrió a ese pequeño y erguido cíclope cabezón. Descubrió también que estaba sintiendo algo nuevo, algo que le gustaba pero que, sin saber por qué, le causaba cierto remordimiento, como si estuviera haciendo algo malo. Por eso de cuando en cuando empezó a dar vistazos a todos lados y aguzó el oído atento a que su mamá siguiera ocupada en la cocina haciendo el almuerzo. Entonces, olvidándose por unos instantes de la diosa, empezó a acercar lentamente el dedo índice de la mano que tenía libre hacia su pajarito de un solo ojo; tenía mucha curiosidad por tocarlo. Pero a menos de un centímetro de que se diera el contacto, su mamá, desde la cocina, puso fin a todo:
-¡Diego, a almorzar!- se escuchó en toda la casa.
De inmediato Diego soltó el elástico de su buzo y calzoncillo, y luego cerró el libro. Fue primero a su habitación por una chompa, la más larga y holgada que tuviera. Cuando la encontró se la puso y la estiró hasta cubrir la zona de su entrepierna. Y entonces fue a la cocina.
-¿Y esa chompa?- le preguntó su mamá algo sorprendida; era Noviembre.
-Es que me dio frío- contestó Diego y se sentó en la mesa.
-No te olvides de bendecir tus alimentos, primero- le dijo su mamá.
*
Con el pasar de los años Diego aprendería muchas cosas, cosas como que el nombre correcto de su pajarito es pene pero que podía llamarlo también pinga, pichula, pito, verga, poronga, chota, pija, polla, cock, dick, dispensado de leche, etc.; y cosas como qué es una erección y cómo sacarle provecho, en especial cuando se encerraba en su cuarto a hojear su creciente colección de libros de arte. Porque luego que aprendiera a leer, Diego empezaría a investigar y acopiar todo material referente a la historia del arte, aunque le prestaría más atención a las partes de esa historia en la que apareciera alguna mujer desnuda. Ciertamente nada lo excitaba más que una mujer así, representada artísticamente; a la hora de masturbarse, antes que las fotos de cualquier conejita de Playboy o ver a Jenna Jameson en acción, prefería a mil veces a una gordita calata de Botero.
Curiosamente sería Teresa, su esposa, quien más se beneficiaría de esa obsesión secreta: el mejor sexo de su vida lo tendría en su luna miel que, gracias a un conveniente paquete turístico, pasarían viajando por algunos países de Europa. En ese viaje visitaron varios museos, como el del Prado, en Madrid, el de Louvre, en París, entre otros, y horas después de cada una de esas visitas, ya en el hotel, Diego le hacía al amor con tanta pasión y energía que ella al final le repetía cansada y complacida “gracias, gracias, gracias…”. Teresa creyó que la repentina excelencia de su esposo en la cama (que normalmente pasaba apenas de mediocre) se debía a la emoción del viaje; no tenía ni idea de que en realidad era por las obras de arte de mujeres desnudas que abundan en esos museos, muchas de las cuales Diego ya conocía pero que en su vida creyó iba a poder ver en persona y en todo su esplendor. Pero EL orgasmo lo tendría Teresa en Londres, la noche del día que visitaron el salón 30 de The National Gallery, donde se exhibe la “Venus del espejo” de Velásquez.
*
El himno de Assman

20 comentarios:

  1. Me has hecho sonreír con el Dieguito infantil descubriendo sus aficiones; y luego, en su viaje de luna de miel con su pasión ante los desnudos de las obras de arte y sobre todo ante el desnudo de Velazquez. Supongo que dejaría rota a su mujer jejeje.

    Saludos.

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  2. jajaja assman, quue buena.Creo que todos los hombres tienen algun fetiche, felizmente no tenemos que ir hasta París!

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  3. Un cuento absolutamente ameno y genial la forma en que está escrito, afortunadamente el común de las personas no tienen fetiches tan caros (o aún no lo han descubierto),,,

    Gracias por dibujar una sonrisa en mi día, un fuerte abrazo hasta Perú.

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  4. Uhh yo también tengo esa enciclopedia de Larousse!

    Genial el relato de Diego, el assman.

    Saludos.

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  5. hola moderato. sospecho su mujer no tiene ninguna queja al respecto jeje. gracias y saludos

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  6. hola pequeña biatch. todos los hombres y mujeres tambien, no? ;)
    saludos

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  7. hola juan. hay q saber escoger los fetiches, aunque creo q son ellos los qu nos escogen. abrazo fraterno hasta Argentina

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  8. hola edch. el mio esta viejito pero aun guerrea al momento de resolver crucigramas. saludos :)

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  9. marite, tu comentario llego a mi correo pero no se por que no salio por aca. bueno lo copie y pegue:

    ...pero 4 años????? tan chiquitito???
    Muy buen relato como siempre Ludobit! Eres un excelente bloggero y redactor.
    Un beso enorme!

    gracias por tu comentario, y sobre la edad, por ahi lei que un niño tiene erecciones desde que es un no nato... lo investigare por si acaso.
    fuerte abrazo y beso :)

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  10. Wajajajaja el himno esta chido!XD

    A mi como a Dieguito me excitan los dibujos artísticos, pero los que son en blanco y negro. Muy identificada. También tenía ese diccionario.

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  11. Aún me pasa lo mismo... pero con las "ODALISCAS" de Henri Matisse.

    Saludos.

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  12. Jaja de todas maneras 4 años es muy chiquito xDD Creo que es más normal que la primera la tengan a los 7 años (y no me vengan con que desde que es un feto tienen estimulos y bla bla porque claramente es otra cosa xD hablemos de nacidos por favor jaja)..

    Saludos! Muy buen relato.

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  13. hola bellarte. gracias por compartir tan valiosa informacion ;)
    un beso

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  14. hola oscar. q popular resulto ese diccionario, ya somos varios los q lo tuvimos y le sacamos provecho. un abrazo

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  15. hola barby. sospecho que tuve q haber investigado mas al respecto jeje. gracias la visita. un beso

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  16. ^^ Sí ps a los 4 años muy temprano para cambios morfológicos, oye pero igual muy real y muy entretenido, mira que ahora Teresa ya sabe el cuadro perfecto para el dormitorio.

    Saludos!

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  17. hola munani. lo de los 4 años ya investigue y si es mas q posible a esa edad. gracias por la visita y comentario. saludos :)

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  18. Que gracioso... no sabía que un niño podía tener una erección, creí que era imposible... =)

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  19. no te fies de la 'inocencia' de los niños jeje. besos, belleza

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