Apenas Carlos sacó la pistola y ya Diego está en el aire dispuesto a recibir la bala. Diego
está con los ojos bien cerrados anticipándose al dolor del impacto del
proyectil, y, también, porque con ese gesto bien podría dar la impresión de
estar muerto al momento de caer al suelo. Sonia, por quien Diego está inmolándose, lo sacudiría tratando de
reanimarlo y entonces él abriría los ojos muy despacio, la miraría fijamente y
con voz moribunda se presentaría al fin: “hola, soy Diego”. Al menos ese es su
plan, el que planeó ahí mismo, hace un instante, y que sólo podría arruinarlo el
que la bala lo mate instantáneamente o le diera en un órgano que herido le
impidiera articular palabra alguna. O, también, el que Carlos empiece una
balacera y produzca un caos que para nada sería conveniente, pero esto último
ya no es problema porque Diego tomó la precaución de gritar “¡cuidado, tiene un
arma!” en el preciso momento en que la bala salía disparada (sí, así de exacto)
y pudo ver, antes de cerrar los ojos, a varios cayéndole encima a Carlos, reduciéndolo.
Como sea, Diego está confiado en que finalmente nada impedirá su agonía en los brazos de Sonia, ex de Carlos, y ex porque, Diego está más que seguro, ni
cagando ella volvería con alguien que intentó meterle un balazo, a menos de que
sea una gran cojuda.
Se
supone pues que, en plena vivencia de una experiencia cercana a la muerte,
Diego ya debería estar repasando todos y cada uno de los momentos de su vida,
sin embargo no puede dejar de pensar en la suerte que está teniendo. Carlos y Sonia, el bebo y la beba (como tan ridículamente les gustaba llamarse), la
parejita por excelencia de la facultad, los que llevaban como enamorados cuatro
años ininterrumpidos desde el primer ciclo, los que, según algunos rumores,
planeaban casarse luego de graduarse, sí, ellos mismos, terminaron el día de ayer, y están ahora,
en este pasillo de la facultad, con Diego en medio, protagonizando este intento
de homicidio. Hace unos minutos nomás Diego veía a Sonia caminar despreocupada
cuando vio a Carlos, unos metros detrás de ella, avanzando con los ojos
desorbitados, el ceño fruncido y sonrojado por la cólera; Carlos se detuvo y
gritó “¡Sonia!”. Ella se detuvo también y volteó. “Si no eres mía, no serás de nadie” grito Carlos,
sacó su arma y disparó. Diego supo de inmediato que esta situación tan cliché
era su oportunidad; la oportunidad de morir como un héroe y no como un vulgar
suicida, porque ya había decidido suicidarse el próximo sábado, su
cumpleaños, que anticipaba pasaría solo.
Ahora
Diego piensa que es tiempo de seguir las costumbres y empezar a recordar su vida,
aunque la curiosidad puede más; decide abrir los ojos y ver cómo están las
cosas: ¡sorpresa!; otro candidato a héroe vuela en frente de él dándole la
espalda. Muy enojado, Diego exige explicaciones:
-¡Hey!-
exclama Diego.
El
otro voltea sorprendido.
-Sí,
tú- dice Diego
-Vaya…
no me había dado cuenta que alguien más se había lanzado- dice el otro.
-Pues
sí, somos dos, pendejo. ¿Qué carajo crees que estás haciendo?
-¿No
es obvio? Tratando de salvar a la chica.
-Yo
estoy tratando de salvarla.
-Genial.
Si somos dos de hecho la bala no le dará a ella.
-No,
pendejo, no entiendes: sólo yo debo salvarla.
-No
soy ningún pendejo, mi nombre es Juan, ¿y el tuyo cuál es?
-¿Qué?
Huevón, ¿no entiendes lo que te estoy diciendo?
-Aguanta,
aguanta… ¿por qué tan alterado, amigo?
-¿Amigo?
Mierda, sólo apúrate en caer.
-¿Y
por qué habría de hacer eso?
-Ok, ¿Juan, verdad? Escucha, disculpa mi comportamiento, el asunto es que no tienes de qué preocuparte,
lo tengo todo controlado, así que puedes caer rápido, esquivar la bala e irte.
-¿Y
si la bala no te da y va directo hacia ella? No me puedo arriesgar.
-Ah
no, tú no me vas a cagar el plan.
Diego
pierde la paciencia: sujeta a Juan por los hombros tratando de apartarlo. Empiezan
forcejear.
-¡Primera
comunión!- grita Juan.
-¿Qué?-
dice Diego.
-Primera
comunión… estoy recordando mi primera comunión… ¿y tú? ¿En que recuerdo de tu
vida vas?
-¿Recuerdo?…
¿mi vida?… pues… pues… ¡puta madre!
¡Zas!
Caen al suelo.
Diego
sigue con los ojos cerrados deseando con toda su alma sentir algún dolor extremo,
lamentablemente no siente nada más que el peso de su cuerpo sobre el piso.
Escucha entonces la voz desesperada de una mujer:
-¡¿Estás
bien?!- Diego abre los ojos… ¡es Sonia!
-Sí,
sí… hola, soy…
-¡Entonces
apártate rápido, por favor; Juan está herido!
“Sabe
su nombre”, pensó Diego, “sabe su nombre…”
*
Ahora,
distante, Diego observa a Sonia acompañar a Juan quien es llevado en una
camilla hasta una ambulancia; la bala le dio en un brazo. A Diego ya lo
revisaron: ni un solo raspón. Carlos, ya desarmado, sigue en el suelo bien
controlado por quienes le cayeron encima, a la espera de que llegue la policía;
no deja de gritar “¡perdóname beba, perdóname!”, pero Sonia está concentrada
en el herido de bala.
Suena
de pronto el celular de Diego; es su madre:
-¿Aló,
mamá?
-Aló,
Diego. Hoy hablé con tu padre. Dice que viene el sábado a...
-¿Viene
por mi cumpleaños?
No se si realidad o fantasía pero es como la vida misma. A veces quieres ser el protagonista de tu propia película de acción, de hecho seguramente lo calculas bien, llega el momento de la gloria y... ¡zas! aparece alguien y te quema todo el plan.
ResponderEliminarQue triste y que divertido a la vez.
Un saludo, Ludobit.
Y quedo vivo, inmerso en un cumpleaños que nadie recuerda, el suyo.
ResponderEliminarEste cuento me encantó Ludobit, tiene un desparpajo a la hora de narrar y un humor propio de las grandes obras. Dicen algunos que no hay que tomarse la vida en serio, creo que la literatura tampoco,
Me pareció genial el cambio de velocidades en el cuento, en muchas partes los imaginé suspendidos tipo Matrix (pero en literatura!)
Gran cuento, gracias por compartirlo. Fuerte abrazo hasta Lima.
Hola Ludobit!! Me gustó mucho. Un cuento y un tema original. Y un final justo. Hay hombres que hacen semejante cosa por una mujer?
ResponderEliminarUn abrazo
Ese Diego ha de ser algo de Sebas....... Igual de salados, y mas que un moco.
ResponderEliminarSi debería retomar la idea de suicidarse el sábado.
Al final el tal Juan le cagó el plan jaja, me hizo reír esta historia. El pobre Diego quería ser la estrella principal y terminó sin raspones.
ResponderEliminarY dime Ludobit, ya tienes tu libro de cuentos? Comienza a imprimir estos ;)
Un abrazo amigo.
Pobre Diego ... le falla la estrategia y le falla la memoria a su madre.
ResponderEliminarInteresante historia..me gustó la parte en que previo al disparo, Juan y Diego conversan ... me lo imaginé en cámara lenta ;).
Buenísimo.
Un abrazo.
Dos chicos en cámara lenta disputándose el puesto de héroe y sacrificado? Jaja aquél parlamento fue uno de los más graciosos que he leído de ti.
ResponderEliminarEste cuento ya está en mi top ten ;)
Pdta: a mí no me llegó código de Perú Blogs :(
hola rafael. efectivamente los aguafiestas son parte de la vida misma. un fraternal abrazo
ResponderEliminarhola juan. jaja, ahora que mencionas a matrix, en un momento pense poner la imagen de la escena en la que neo esta en el aire intercambiando balazos con el malo de la pelicula (no me acuerdo su nombre ahora). muchas gracias por tus palabras. un abrazo
ResponderEliminarhola gabriela. los hombres por una mujer a veces somos capaces de hacer tonterias jaja. gracias por tu comentario. besos
ResponderEliminarhola bellarte. ahora se que salado tiene el mismo significado coloquial en peru y en mexico. gracias por la visita. besos
ResponderEliminarhola aldo. ya empece a fotocopiar mis cuentos y engraparlos jaja. gracias por pasar por aca. un abrazo
ResponderEliminarhola mimy. imaginas bien ;)
ResponderEliminarme alegra que te haya gustado. besos
hola paty. que bueno ser parte de tu top ten :)
ResponderEliminarbesos
p.d: el codigo de perublogs no puedo postearlo porque esta en html y blogspot no me deja. tendrias que pasarme algun correo donde enviartelo
Ok, mi correo es patyna127@hotmail.com .También aparece en la página "Paty" de mi blog.
ResponderEliminarGracias desde ya! :)
Conozco patas que de chibolos se hacían iguales o peores bolas para hablarle a una chica... ahora son tremendos tramposos.
ResponderEliminarSaludos.
QUÉ GENIAL!!!:D jajaja me encanta! sigue escribiendo que te sigo leyendo :) gracias, por entretenernos y de paso relajarte ;)
ResponderEliminarok paty. te mando el codigo por ahi
ResponderEliminarhola okiperu. yo tambien conozco patas asi. saludos :)
ResponderEliminarhola mix. gracias por tu comentario y bienvenida :)
ResponderEliminaryo tambien te seguire. un abrazo
tus letras atraparon mi atención
ResponderEliminarvolveré por aquí
saludos :)
hola m. gracias por tus palabras. regresa cuando gustes ;)
ResponderEliminarun abrazo
Cuento envolvente de principio a fin. Lástima que le cagaron el plan a Diego. ludobit, caeré por aquí más seguido!
ResponderEliminarAnda! Una conversación mientras caen en cámara lenta! Al menos así me lo imaginé yo... Buen cuento. Saludos.
ResponderEliminarhola arnold. gracias por tu comentario y bienvenido! saludos :)
ResponderEliminarhola victor. pues si, acertaste jeje. saludos y gracias
ResponderEliminar