¿Existen los fantasmas? Yo diría que no
pero conociendo mi mala suerte si lo niego lo más probable es que esta noche se
me aparezca uno, así que por si acaso diré que sí, a pesar de que nunca he
visto un espíritu, alma en pena o algo parecido. Tampoco he vivido experiencia
paranormal alguna, aunque de niño, como todos supongo, imaginaba siempre que
los ruidos que escuchaba de noche en mi habitación eran de procedencia maligna.
Afortunadamente había llegado a la televisión peruana “El Mundo de Beakman”, un
programa educativo para niños conducido por un científico loco de bata verde (Beakman), quien
explicaría en un episodio que en la noche baja la temperatura, y cuando baja la
temperatura los cuerpos se contraen y cuando los cuerpos se contraen producen
sonidos… o sea que mis temores no tenían sustento. Pude dormir en paz otra vez
gracias a esos conceptos físicos, pero más que a ellos, al entendimiento de uno
más general, de que todo tiene una explicación. Y no necesariamente tiene que
ser científica, como la explicación de los ruidos que me despertaron una noche
cuando tenía 14 años. Pensé de inmediato que se trataba de un alma penando
porque escuchaba quejidos emitidos desde el otro lado de la pared, o sea desde
la casa de mis vecinos. Permanecí varios minutos debajo de mis sábanas rezándoles
a todos los santos y tratando de tranquilizarme recordando a “La Llorona” que
salía en “El Chapulín Colorado” gimiendo por sus hijos, porque lo que estaba
escuchando en esos momentos era precisamente a una mujer gimiendo, pero en vez
de hacerlo por sus hijos lo hacía por un tal “Iván”… “¿Iván?” pensé, ¿no era
acaso ese el nombre del enamorado de mi vecina? Entonces comprendí que sólo se
trataba de mi vecina en medio de un polvo
con su enamorado. Todo tiene una
explicación. Aunque tal vez una palabra tan absoluta como “todo” no sea la
más correcta a menos que se le anteponga un “casi”. Fue lo que me dijo mi
hermana hace poco cuando en familia recordábamos nuestra vida en Cañete, donde
vivimos antes de mudarnos a Lima, durante mis primeros 5 años. Me contó mi
hermana como una noche (sí, otra vez de noche) medio dormida había estado
escuchando a nuestros padres discutiendo. Minutos después, cuando ya parecía
que había vuelto la calma a la casa, sintió y escuchó a una mujer que lloraba sentada
al borde de su cama; mi hermana, quien tenía 11 o 12 años en ese entonces, muerta
de sueño sólo atinó a decir “ya mami, no llores” para luego quedarse
profundamente dormida. Creo que es predecible lo que pasó la mañana siguiente:
mi hermana se enteró que mi mamá en ningún momento había entrado a su
habitación. “¿Cómo explicas eso?”, me retó mi hermana luego de culminar su
relato. No supe qué decir, en cambió mi mamá, sí: seguro había sido el fantasma
de la esposa del dueño que nos alquilaba esa casa, dijo, y contó que aquella
mujer había muerto de una forma misteriosa en la que todo el mundo sospechó de
inmediato del esposo, “un hombre desgraciado”, quien constantemente la
maltrataba. Fantasma o no, definitivamente era la explicación más interesante.
Y es que tampoco se puede ser tan racional siempre: qué aburrido sería. De
serlo, no disfrutaría las historias de terror de mi abuela. Ella, la mamá de mi
mamá, es de Madre de Dios y por eso es que en sus historias abundan criaturas de
la mitología amazónica del Perú. Como el “Chullachaqui”, que se hace pasar por
alguien conocido para conducir a las personas a las profundidades de la selva y
hacer que se pierdan. O el “Tunche”, que anuncia su llegada a un pueblo con un
silbido característico que hace que los pobladores se encierren en sus casas y
que quienes por descuido se crucen con él regresen luego irremediablemente
locos y traumados. Cómo nos cagábamos de miedo nosotros sus nietos cuando de
pequeños la escuchábamos reunidos a su alrededor. Le preguntamos alguna vez si
es que ella había visto directamente a alguna de esos demonios o duendes, y nos
respondió con un tono condescendiente, como si nuestra duda fuera muy ingenua (éramos
niños, después de todo), que de haber sido así ella no estaría en esos momentos
contándonos esas historias. “¿Hay fotos de esas cosas, abuelita?” re-preguntó
un primo, quien como primera respuesta recibió un coscorrón por olvidarse que a
ella no le gustaba que la llamasen "abuelita" (porque consideraba que la
envejecía más), y como segunda, que esos seres son demasiados vivos como para dejarse fotografiar. Mucha
razón pienso tiene mi abuela asumiendo que demonios, duendes, almas que penan, o
espíritus chocarreros existen porque que no he visto hasta ahora material
visual o audiovisual en donde aparezcan de una forma contundente. Claro las hay
algunas donde con un poco de imaginación uno puede asumir que tal o cual
manchita blanca, borrosa y lejana es un ser venido de otra dimensión. Pero en
esta categoría los que definitivamente se llevan el premio a lo inexacto y
subjetivo son esos programas de tv dedicados a la búsqueda de fantasmas. Siempre
es lo mismo en estos shows: un grupo de especialistas, armados con toda la
tecnología posible, se internan de noche en una casa supuestamente embrujada y
empiezan a grabar a oscuras con sus cámaras de visón nocturna, cámaras que les dan a las
imágenes una tonalidad verdosa y que hacen que los ojos luzcan convenientemente
aterradores. De pronto alguien alarmado señala un rincón asegurando haber
captado algo; la cámara gira y… nada, no se ve nada, sólo espacios vacios; y
así, ayudados en parte por efectos de sonidos y música adecuada, hacen episodios
de 30 o 60 minutos. Justamente viendo una parodia de ese tipo de programas en “South
Park” fue que se me ocurrió escribir este post; y qué mejor manera de terminar
que mostrando esa burla:
Con los fantasmas nunca se sabe, tal vez no son tan malos como los pintan, pero lo más probable es que sean parte de la imaginación, como aquella secuencia de los "espíritus chocarreros" del Chavo del 8. Ja!
Jaja south park. A mí me contaban esos relatos y leyendas mis amigas del cole, ya se me olvidaron todas. Pero un amigo de la u me sigue actualizando. A ver, yo me pregunto, si los fantasmas existen, por qué no se aparecen de día, cuando todo está claro? Por qué no lo hacen en presencia de mucha gente? Ah, a ver pe.
Soy cabra... no puedo negar que esto me da un poco de miedo. Pero me identifiqué totalmente con el miedo que tenías de los ruidos nocturnos de las maderas y demás cosas que hay en una habitación... yo era igual!!! Y hasta ahora a veces me asusto! jajajaja
lo curioso q ahora cuando escucho ruidos en la noche antes de pensar en fantasma pienso en ladrones... esos tipos me dan mucho mas miedo en la actualidad. un beso, marite :)
Mi abuela materna siempre me ha dicho que cada vez que me tope con algún espíritu ya sea mediante ruidos extraños o siluetas, lo putee sin misericordia.
El mundo de Beackman es lo MÁ-XI-MO, lo veía siempre, divertido, inteligente, caray ¿cómo no hacen programas así ahora? sobre fantasmas, no creo en fantasmas pero hazme caminar en un cementerio de noche y me orino de miedo, así que trata de entender mi doble personalidad. South Park jajaja mejor dicho no puedo estar ^^ Un abrazo!
siempre hablamos con mis patas de ir de excursion al presbitero maestro de noche algun dia, pero al final siempre arrugamos por temores como el tuyo jaja. saludos, munani
Buenísimo post. Estuve en la selva de Perú en 2010, cuando todavía existía jejeje. Por fortuna no conocía la historia del tipo ese que te interna en la espesura. He disfrutado mucho y me he cagado de miedo.
la deforestacion y el cambio climatico definitivamente estan afectando nuestra geografia... tengo q apresurarme en visitar tantos sitios q no conozco de mi pais antes de que cambien para mal, entre ellos la tierra de mis sabuelos. saludos, josef
Con los fantasmas nunca se sabe, tal vez no son tan malos como los pintan, pero lo más probable es que sean parte de la imaginación, como aquella secuencia de los "espíritus chocarreros" del Chavo del 8. Ja!
ResponderEliminarSaludos.
por eso, por si acaso, es mejor no tentarlos a q nos visiten jeje.
Eliminarsaludos, diana
Con una abuela así quién puede dormir, qué mala... jaja
ResponderEliminarFaltó el vídeo de Beakman... ;)
Besos mentales
no se como se me pudo pasar no poner un video de beakman! bueno, lo acabo de poner. gracias por la sugerencia y comentario, belleza. un beso
EliminarJaja south park. A mí me contaban esos relatos y leyendas mis amigas del cole, ya se me olvidaron todas. Pero un amigo de la u me sigue actualizando. A ver, yo me pregunto, si los fantasmas existen, por qué no se aparecen de día, cuando todo está claro? Por qué no lo hacen en presencia de mucha gente? Ah, a ver pe.
ResponderEliminarPdta: Debo confesar que soy miedosaza XD
yo pienso lo mismo de los fantasmas, por eso, o es q no existen del todo, o es q se pasan de pendejos jaja.
Eliminarun beso, paty
Soy cabra... no puedo negar que esto me da un poco de miedo. Pero me identifiqué totalmente con el miedo que tenías de los ruidos nocturnos de las maderas y demás cosas que hay en una habitación... yo era igual!!! Y hasta ahora a veces me asusto! jajajaja
ResponderEliminarMe gustó el video de South Park!!! Qué buena!
Un beso Ludobit!!!
lo curioso q ahora cuando escucho ruidos en la noche antes de pensar en fantasma pienso en ladrones... esos tipos me dan mucho mas miedo en la actualidad.
Eliminarun beso, marite :)
Mi abuela materna siempre me ha dicho que cada vez que me tope con algún espíritu ya sea mediante ruidos extraños o siluetas, lo putee sin misericordia.
ResponderEliminartendre en cuenta ese consejo para cuando se me cruce alguno, espero q no pase nunca.
Eliminarsaludos, edch
El mundo de Beackman es lo MÁ-XI-MO, lo veía siempre, divertido, inteligente, caray ¿cómo no hacen programas así ahora? sobre fantasmas, no creo en fantasmas pero hazme caminar en un cementerio de noche y me orino de miedo, así que trata de entender mi doble personalidad. South Park jajaja mejor dicho no puedo estar ^^ Un abrazo!
ResponderEliminarsiempre hablamos con mis patas de ir de excursion al presbitero maestro de noche algun dia, pero al final siempre arrugamos por temores como el tuyo jaja.
Eliminarsaludos, munani
Buenísimo post. Estuve en la selva de Perú en 2010, cuando todavía existía jejeje. Por fortuna no conocía la historia del tipo ese que te interna en la espesura.
ResponderEliminarHe disfrutado mucho y me he cagado de miedo.
Saludos.
la deforestacion y el cambio climatico definitivamente estan afectando nuestra geografia... tengo q apresurarme en visitar tantos sitios q no conozco de mi pais antes de que cambien para mal, entre ellos la tierra de mis sabuelos.
Eliminarsaludos, josef
Necesitas venir, me exorcizan el viernes.
ResponderEliminarojala te dejen al menos una diablita adentro :)
Eliminarsaludos, bellearte